Hay momentos en los que solamente deseamos despertar y que todo sea un sueño y necesitamos un balde de agua fría para entender que no lo es. Así me siento en este momento. Me llamo Gemma, y hoy se cumplen dos años de aquel día que nunca olvidaré. El día que conocí a Nathanael. Me creía en un cuento de hadas. O más bien me creía la princesa que había encontrado a su príncipe azul. Pero en el medio se hace de noche y con ella aparece la oscuridad y el príncipe azul se convierte en un monstruo.